miércoles, 28 de diciembre de 2011

Día diecinueve.

Querido diario, hoy, me gusta la Navidad, sí, como lo oyes...
He conocido a un chico, se llama Dylan y es guitarrista de una banda de rock...
¿Qué como lo conocí? Bien, haya vamos...

Era Miércoles, día 28 de Diciembre, a las once de la mañana el despertador me rompió aquél interminable sueño con horrores de mi vida, sueños en los que muero, mejor que sueños, pesadillas...Sí, pesadillas...
Me levanté perezosa, como siempre, observé mi rostro en el espejo...
Delgada, rozando el límite de los extremos, parecía que iba a desvanecerme en cualquier momento, me sentía débil...
Mis cabellos rubios, largos, estaban despeinados juntándose unos con otros.
Tras una larga ducha de agua tibia y vestirme no me sentí despejada, con algo más de fuerza.
Bajé, una simple tostada, ¿para qué mas? Ni eso, dos mordiscos, debía ir corriendo hacia la zona donde sería el campeonato que, dos días antes, vi en el periódico.
"Sex & Rock nd' Roll"
Me interesó, desde luego, bandas de rock competirían solo por diversión y una simple copa de una guitarra eléctrica.
Tras agrupar a mi banda me dirigí al autobús, el cual nos llevaría al centro.
Fue, entonces, cuando le vi, sentado en la cuarta fila.
Una vez llegamos, nos dieron una tarjeta con el nombre perteneciente del grupo, el mío "The Pretty Reckless", el de él "Phsykosis".
Un gesto, me saludó con la mano, al cual correspondí con una sonrisa. En ese mismo instante comenzó a acercarse.


- Hey, hmm.. Anne, ¿cierto? Soy Dylan, te deseo mucha suerte en este campeonato.


Aquél tono tan reducido de sus palabras, con cierta burlería no le gustó, por lo que, alzando una ceja me crucé de brazos y proseguí a hablar.


- La suerte es mi segundo nombre, debéis tener cuidado vosotros, os vamos a patear el culo.


Se carcajeó, por lo que me piqué aún más.
Pasó un brazo por mis hombros y apegó sus labios en mi oído, susurrando con cálida voz.


- Me temo que esto va a ser complicado, un campeonato muy reñido. Nos vemos a la noche, a las nueve, en el comedor.


Le di un pequeño golpe en el pecho. Sí, lo sé, lo acababa de conocer, pero en el mundo del espectáculo todo es rápido, porque a esa persona no sabes si le vas a ver más veces o será la única temporada que viviréis juntos y, si hay sentimientos desde un primer momento, ¿por qué no arriesgarse?
Me mordí el labio, realmente me atraía, por lo que hablé con mi grupo de adelantar una hora antes el ensayo y así poder acabar a las ocho, todos accedieron, por lo que el resto del día transcurrió con total normalidad.


Las ocho, salía apresurada hacia mi camerino, donde tenía toda mi ropa, un vestido de noche, negro, los cabellos algo recogidos y sombra.
Salió, ahí estaba él, con una amplia sonrisa y, para su sorpresa, trajeado. Cámaras y periodistas ocupaban gran parte del comedor y rápido acudieron a éstos, preguntando sobre si estaban juntos o no.
No entendía nada, solo sonreía y negaba, no me salían las palabras.
Tras sentarnos en la mesa y tener más intimidad charlamos de todo, él me contaba sus giras, yo, solo podía decirle que era local, pero que me escuchó un cazatalentos y por ello estaba allí.
Cenamos, brindamos y rápido todo el mundo comenzó a dispersarse, todos hablaban con todos.
Pasaron las horas muy rápido, teníamos que marcharnos o no llegaríamos mañana al siguiente punto de ensayo y recolecta de nuevos candidatos.
Se acercó a mi y me cogió el rostro entre sus manos, yo, le observé sin más, no sabía que hacer, me puse nerviosa, me estremecía.


- No sé si nos volveremos a ver, quizás en un par de semanas, pero no puedo irme sin cogerte algo.


No entendía nada, me limitaba a mirar, parecía una estúpida.
Sus labios, en movimiento rápido, se juntaron con los míos. Cerré los ojos de inmediato y proseguí aquél beso, que rápido fue finalizado.


- Bésame otra vez.


Un simple y corto beso, pero lleno de sentimiento...
Volví con los míos, no tenía ganas de nada más que de reír, y saltar por todos lados, ha sido alucinante, Dylan es alucinante, y sé que pronto, volveremos a vernos, mañana, voy en destino a Chicago...Un viaje bastante largo, de varios días...
Me voy, me llaman, es hora de cenar, hmm, sí, rico rico.
¡Good Bye!